Los bancos, están pidiendo a todos sus clientes información personal sobre el origen de sus ingresos, de forma que si no se aporta la documentación requerida se encontrarán con su cuenta corriente bloqueada.
Yo me pregunto, ¿se puede vivir sin cuenta corriente?.
- La primera restricción que encontramos viene impuesta por el límite de pagos en efectivo. Está establecido en 2.500 €, lo cual hace que los bancos sean socios indispensables siempre que el tráfico mercantil esté por encima de estas cantidades. El propósito es reducir dicho límite hasta los 1.000 €, con lo que la práctica totalidad de la población se verá obligada a mantener una relación de forma obligatoria con las entidades de crédito. Ninguna empresa que pague sueldos por encima de dicho límite podría hacerlo en metálico.
- La segunda, viene por la imposibilidad de acceder a determinados servicios, como pueda ser el alquiler de un vehículo, realizar compras online o disponer de un teléfono móvil. Por no hablar de los inconvenientes de hacer frente a los numerosos pagos que tenemos domiciliados todas las familias sin excepción: luz, agua, gas, IBI, IVTM, material escolar y un largo etcétera.
Definitivamente no, no es posible vivir sin una cuenta corriente y cada día será mucho más difícil. A la administración tampoco le interesa y colabora a su desaparición, no solo con la consabida restricción al pago en efectivo, sino también con la fragmentación de pagos a la que nos obligan desde las diversas administraciones locales, autonómica y central.
Lejos de contentarse con pescar en el fondo del mar, ha elegido a los bancos y los ha nombrado inspectores fiscales, vamos que ha privatizado parcialmente sus funciones.
En nombre de la Ley 10/2010, de 28 de abril, de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo, las entidades de crédito están obligadas a obtener » información sobre el propósito e índole prevista de la relación de negocios. En particular, los sujetos obligados recabarán de sus clientes información a fin de conocer la naturaleza de su actividad profesional o empresarial y adoptarán medidas dirigidas a comprobar razonablemente la veracidad de dicha información.»
Tal cual, se lee, no hace falta ser juristas ni expertos en derecho, en tu banco te pueden legalmente preguntar: ¿tu majo, de dónde has sacado esa pasta?. A lo cual puedes responder inocentemente: «me lo ha dado mi madre, es la paga semanal». «Pues que venga tu madre a ingresarlo, y de paso le dices a tu madre que tiene que declararlo porque es un donación y debe declararla, aunque esté exenta no hay mínimos angelito».
Tal vez al angelito, se le «hinchen» pensando que le están tomando el pelo y decida ingresarlo por el cajero. Probablemente, con el paso del tiempo le llegue un mensaje del propio cajero, o bien un email o un sms «Atención: evite el bloqueo de su cuenta enviándonos su documentación». Puede tener toda la pinta de ser un «tocomocho», deporte nacional, pero no es así.
Si no das a los bancos lo que quieren te chantajean, tal como el virus «Wanacry» te bloquea la cuenta hasta que accedes a sus demandas, que son:
- Copia de DNI
- Declaración de Actividad Económica
- Nómina o documento justificante de ingresos.
Como no tienes alternativa, porque la cuenta corriente es un bien de primera necesidad, accederás a sus demandas o te enfrentará al reto de vivir con tu cuenta corriente bloqueada: el limbo.
Aquellos que vivimos de nuestra nómina, no sufrimos estas humillaciones en nuestras carnes, tampoco aquellos más pudientes que tienen dinero fraudulento, siempre tendrán métodos para justificar su origen. A quien deja fuera del sistema es al «estamento» más bajo. Así por ejemplo, jamás una prostituta o alguien que recogiera chatarra y cartón podría tener una cuenta corriente, por no hablar de los «explotados». No es cuestión de llevarlo al extremo, simplemente o tienes una nómina o una actividad reconocida, sino tu cuenta corriente es ilegal.
¿Qué sucederá en el futuro?. Aunque no soy adivino, es del todo previsible. Los parias, se verán expulsados del sistema económico. Con la cuenta corriente bloqueada, no hay domiciliaciones ni pagos con tarjeta, la única alternativa si solo existe mediación bancaria será el mercado negro o la mendicidad. Ellos, los olvidados los que ni siquiera participan de las bajadas de esos tramos minoritarios del IRPF.
Por tanto, si hay que legislar se debe realizar pensando en todos, también en los que no votan. Además, de lo hiriente que resulta para cualquier demócrata reconocer la privatización de las labores encomendadas a la Agencia Tributaria, ¿hasta dónde vamos a llegar?.